viernes, 27 de noviembre de 2015

La valentía de Omaira

Omaira Sanchez en una presentación de
su colegio
Todos los colombianos recuerdan con nostalgia  uno de los símbolos más significativos de la tragedia de Armero, Omaira Sánchez, una niña que le demuestra al mundo entero la fuerza y las ganas de vivir hasta el último minuto de vida.

La noche del 13 de Noviembre de 1985 la familia Sánchez Garzón  queda sepultada tras la avalancha que género el Volcán Nevado del Ruiz. Los rescatistas encuentran a la niña, que tanto deseaba vivir para estar junto a su madre, ya que ella se encontraba en la capital por un tema de negocios.

Con sus piernas sepultadas bajo los escombros de su casa, y los cadáveres de su hermano y su padre, con su cuerpo entumido, sus ojos oscuros y llena de barro, trajinada por los golpes recibidos, la niña de tan solo trece años, espera que los rescatistas logren sacarla del fango y para poder ir donde su madre a seguir una vida junto a ella.

Pero para el cuerpo de rescate salvar a la pequeña le era muy difícil ya que sus piernas estaban atascadas y se era necesario amputar sus piernas para sacarla de allí, pero por las circunstancias carecían de equipos necesarios para generar esta acción.


Omaira duro 3 días agonizando y aguantando el dolor que le implicaba estar allí enterrada, y con su tranquilidad y armonía antes de morir frente a los medios de comunicación  dice sus últimas palabras para a su mama. “Madre, si me  escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien”, su corazón deja de latir, falleciendo el 16 de Noviembre de  1985.

Tres días duro la pequeña Omaira Sánchez Garzón agonizando, pero siempre mostro ser fuerte y valiente, su serenidad y seguridad conmovió el corazón del mundo convirtiéndose en uno de los símbolos más sagrados de lo que a hoy queda de Armero ,actualmente los que van a visitar su tumba le hacen ofrecimientos y le agradecen por los favores recibidos. 

Juliana Rico

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